martes, 24 de junio de 2014

Palabras Vertebrales, la columna de Marcelo J. Silvera: 24 de junio - Andariegos


Cuántas veces habrán oido sobre Gardel y Lepa, tan unida dupla que partieron juntos. O del Potro Rodrigo que voló, voló en la locura de una carrera artística pocas veces igualada. O de esa vida que en el día de hoy de 1911 salía por "El Túnel" y sería llamado Ernesto Sábato, apellido con el que se conoce en el mundo al informe de la Conadep titulado "Nunca más". O del jugador que se hace el Topo Gigio, o el otro, el que no crecía y hoy no para de hacerlo (mañana festejá tu cumple con un par de goles Lio)...
Pero estoy seguro que mucho menos oyeron sobre el andariego Villafañe, por eso lo traje hoy:
En el día de hoy de 1909 nacía en Buenos Aires Javier Villafañe. Escritor, poeta, titiritero. Con una carreta tirada por caballos, La Andariega, recorrió el país primero, Sudamérica y Europa después. Iba de pueblo en pueblo, prefería los lugares humildes, aquellos a los que la cultura no llegaba, donde no había dinero para ir al teatro y los chicos nunca habían visto una función de títeres.
Maestro titiritero, precursor y autor de varios libros sobre este arte tan atrapante para chicos y grandes. Como un caballero andante, cuando tuvo que exiliarse de Argentina por la persecusión de la dictadura cívico-militar se fue a España, gracias al apoyo del gobierno venezolano e hizo el camino de La Mancha todo completo, contra vientos y molinos, titiritiando por la vida.
Villafañe escribía hermosas obras de teatro de títeres. Y poesías. Y cuentos, y también algo que llamó Historiacuentopoemas, como éste:

La Pared 

En una ciudad, en la costa del Pacífico, hay una pared que está por caerse.

Son los restos de una muralla que hace siglos —piedra sobre piedra— levantaron los indios. —Cuidado —decían los habitantes de la ciudad cuando algún turista iba a pasar al lado de la pared—, cruce la calle.

Esa pared puede caerse.

Esa pared puede caerse.

Era un peligro esa pared.

Podía caerse de un momento a otro.

Sobre la pared dormían la siesta los gatos en invierno. Había lagartijas al pie de la pared. Había una enredadera. Había hormigas que subían y bajaban por la pared. Había ratas debajo de la pared. En un hueco de la pared había un nido de pájaros. Había arañas.

Un día hubo un terremoto. Todo se derrumbó en la ciudad: la iglesia, el hotel, la cárcel, los árboles. Sólo quedó la pared de pie, inclinada, a punto de caerse.




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