jueves, 26 de junio de 2014

Palabras Vertebrales, la columna de Marcelo J. Silvera: 26 de junio - Piqueteros carajo!

En 1981 nació un pibe que, cuentan, desde muy chico tuvo una mirada social particular. Cuando estaba en el secundario comenzó a militar en política, en rechazo al rumbo neoliberal que tomaba el país. Con 15 años daba clases de apoyo escolar en un barrio humilde de Quilmes, provincia de Buenos Aires. A la "edad del pavo" recorría comercios pidiendo mercadería para organizar ollas populares. Realizaba colectas y ayudaba a los inundados. A los 19 decidió irse de su casa e instalarse en un barrio muy pobre de Claypole, donde impulsó un Centro Comunitario, una bloquera y la autogestión laboral de los vecinos en medio de una crísis económica-social que iba llevando a la Argentina a uno de sus peores momentos.
A los 21 fue asesinado.
En 1980 había nacido otro pibe. Pintaba para artista desde chico, y eso quería ser. Estaba mucho más alejado de la política y los movimientos sociales que el otro. A los 22 años estudiaba el secundario con orientación artística para ingresar a la Facultad de Bellas Artes. Había realizado un curso de escultura y estudiaba pintura, dibujo y piano. También participó de un taller literario en Lomas de Zamora. Vendía flores, cuidaba perros y trabajaba en lo que se presentaba, pero siempre dibujaba, pintaba y escribía. Además hacía malabares, capoeira, tocaba el bajo, la flauta dulce y la armónica.
Hasta el primero de mayo de 2002 no había participado de ninguna manifestación, ese día lo hizo, como muchos, sabiendo que el país necesitaba otro rumbo tras la crisis de 2001.
A los 22 años fue asesinado también.

Mientras el primero sangraba en el piso de una estación de trenes, el segundo intentaba socorrerlo cuando lo fusilaron. No se conocían. Estaban desarmados los dos. Estaban frente a un cuerpo policial asesino, con órdenes para matar. Ellos tenían balas de plomo. Los pibes tenían reclamos de justicia social.
Los grandes medios de comunicación hablaron de "la crisis" que se cobró 2 vidas. Despersonificando; sin culpables humanos. "La crisis". Incluso se escribió sobre un enfrentamiento entre diferentes corrientes piqueteras. Y el gran diario argentino escondió lo más que pudo las fotos probatorias. Casi nadie culpaba a la Policía, ni al entonces presidente Eduardo Duhalde.

Hace 12 años Darío Santillán y Maximiliano Kosteki eran cazados como animales. El 9 de enero de 2006, el Tribunal Oral 7 de Lomas de Zamora condenó a cadena perpetua al subcomisario Alfredo Franchiotti y el cabo Alejandro Acosta y recomendó que se investigara la responsabilidad del gobierno de Duhalde en los asesinatos. Eduardo Duhalde era presidente de la Nación, Felipe Solá, gobernador de Buenos Aires, Juan Pablo Cafiero, ministro de Seguridad bonaerense, Juan José Alvarez, ministro de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, Jorge Matzkin ministro del Interior, Carlos Soria, jefe de la SIDE. Ninguno de ellos fue juzgado por el crimen.

Mucha agua ha corrido bajo el puente. Y mucha sangre sobre él como para olvidarlos, como para olvidar a los responsables.

Marcelo J. Silvera



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